Un arroyo, de los tantos que se están perdiendo en Puerto Paraná, Escobar.
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«bajantes»
A bordo de un viejo kayak olímpico, de 4,30 mts. de eslora y 0,50 mts. de manga, y un puntal y calado que casi ninguna otra embarcación podría superar. Se va la tarde y apenas puedo regresar a mi casa, practicando una especie de «remo adaptado». Con una bajante y una altura del río cercana a los cero centímetros, que cada vez es «más normal».
Los comentarios de los vecinos son siempre los mismos: «por acá pasaba una colectiva», «yo acá me tiraba de cabeza», «el último que dragó en la zona, fue el gobernador Antonio Cafiero y lo hizo mal». Todos los arroyos de la zona están igual. Cuantas décadas pasaron y cuantas décadas más tienen que pasar, para que alguien se acuerde y piense en el delta bonaerense.
Todos los bonaerenses pagan varios impuestos que «tienen nombre» de “mantenimiento de vías navegables”. Me encantaría saber a donde va todo ese dinero. Quizás podríamos remar más contentos en dulce de leche repostero, sabiendo que ese dinero está en buenas manos.
No sé si es de pesimista o de optimista, pero las soluciones las veo más de la mano de un gobierno propio, o quizás de un gobierno «laissez faire», que permita a los vecinos pagar una sola vez (se imaginan energía, mano de obra y maquinarias libres de impuestos?), y que las cosas sucedan más o menos como uno lo espera.
CONTINUARÁ…