Durante muchos años, circuló por la mente de Francisco Corrales, uno de los grandes carpinteros de ribera que el delta Argentino tuvo, la idea de construir su propia lancha. Así fué que con mucho ingenio y con la ayuda de Miguel, su hijo, comenzó a trazar las primeras líneas de lo que sería su obra maestra. Compró entonces una vieja embarcación de pasajeros de esas que en su época relucieron , generalmente de color blanco, con timonera elevada llamada Expreso Victoria, (construída hacia 1948 por el astillero Los Gallegos) que estaba en mal estado general, y que navegó en Entre Ríos y aledaños para la empresa del mismo nombre durante años. La desarmó por completo quedando sólo su quilla a la cual reformó (para adaptarle su diseño) y los papeles de aquélla vieja lancha, respetando prácticamente las medidas originales, pero con un diseño totalmente renovado.
Corría 1986 y esas líneas comenzaron a tomar forma, en cuanto comenzó a cortar las primeras maderas y ensamblarlas con aquella quilla, para darle vida a una nueva lancha . El 27-01-88 adquiere el nuevo nombre, FRANCISCO C.
Como había que juntar fondos, la construcción se paró más de una vez, pero en cada nuevo comienzo las ganas por concluirla eran más fuertes. Se implementaron los mas modernos sistemas de construcción, mezclando madera con hierro, cosa que algunos descartaban pero ellos los desafiaron…. las curvas y varetas fueron hechas en madera tal como el casco y la quilla, pero la innovación fué un esqueleto de hierro reticulado colocado sobre y a la par de la quilla, uno de cada lado de la misma,de proa a popa, para darle resistencia al casco y restarle peso.
Llegó un momento en el cual, Francisco Corrales, por problemas en la vista tuvo que dejar de trabajar en la construcción de la lancha , entonces contrataron a Dani Mariani y Hugo Missi e hijo , que junto a Miguel Corrales siguieron la construcción, que había llegado hasta el botazo, bordas y castilletes hasta ese momento.
El diseño de esta lancha indiscutiblemente fué óptimo. Llegó el momento de colocarle las ventanas y decidieron comprar unas que estaban destinadas a otra lancha, pero que iban bien con las medidas de esta, entonces se colocaron y para dejarlas bien concordantes se diseño una toma de aire a la altura del motor que estéticamente quedó bien y armonioso con el conjunto en general. éstas ventanas eran con marco de aluminio pintados en negro, vidrios corredizos y en tono gris fumé . El casco estaba terminado y llegó la hora de colocarle un potente motor para esta embarcación que tenia 21,50 mts de eslora, manga de 4,50 mts….y un puntal de 1,88 mts ….imponente no?? se decidió por el GM Detroit Diesel de 12 cilindros en V (12v-71)que antiguamente equipaba a la Ciudad de Paraná, y que estaba especialmente armado y preparado por Miguel Corrales, mecánico náutico.
La rueda de Timón elegida fué una marca Vetus, que equipaba principalmente a los yates y lo novedoso del sistema hidráulico que traía era que alivianaba muchísimo la dirección, tal cual la dirección asistida en los autos. Cuando estaba lista el tema era cómo pintarla, y el propio Francisco quería que fuera barnizada idea que se fue desechando a la hs del mantenimiento, entonces decidieron pintarla de blanco, que le daría un mejor aspecto, mas imponente y de mas fácil mantenimiento. En el interior (con climatizador) se colocaron asientos longitudinales, tipicos de lancha de pasajeros que luego con el tiempo fueron reemplazados por las actuales (provenientes de otra lancha) butacas de larga distancia, con cabezales incluídos y de tapizados en pana , muy mullidos y cómodos. Los carpinteros que terminaron el interior y la timonera, con detalles de lujo fueron los Ghelfi, pero ahí en el astillero Corrales. Otro detalle con «sello Corrales» fué el mamparo de popa con inclinación hacia proa, con un alerito de terminación y con una cenefa «imaginaria» en un material duro , en vez de las clásicas de lona.
A la hs de colocarle el nombre, otro tema …Miguel Corrales quería ponerle el nombre de su padre, para homenajearlo, pero a él y a todos les parecía muy largo, entonces lo convencieron de ponerle Francisco C , y el 21 de septiembre de 1993/94 (el año no esta muy claro) se botó en el Río Luján , llevando en la proa un ramo de flores fileteadas en homenaje al día de la primavera.
Cuando Francisco Corrales , ya jubilado en ese tiempo, se acercó a la lancha y vió su nombre en ella dijo «Por lo menos algo de uno queda » (sorprendido por el homenaje que su hijo le hizo , colocándole su nombre y él hasta ese momento no lo sabía.)
Los colores finalmente elegidos fueron el blanco para toldilla y casco, el azul traful para el fondo candeleros laterales en color negro, bordas, botazos y espejo de popa en madera barnizada, tal como el borde del parabrisas , y como detalle «de lujo» cubierta de baldeo (maderas sin pintar que se deben secar a diario y lavar con jabón blanco muy seguido, pero quedan realmente bellas en aspecto). Miguel Corrales la llevó a Rosario a navegar y trabajar y al poco tiempo la vende a Daniel Mariani , quien cruzaba gente entre el puerto de Rosario y la isla. también cruzaba gente a la isla Victoria. Trabajó allá durante algunos años y a mediados dela década del 2000 volvió al puerto de Tigre de la mano de Sturla &Cía, para navegar en sus recorridos chárter y excursiones. Hacia 2010 Lineas Delta Argentino la compra y la pone al servicio de la carrera entre el puerto de Tigre y Nueva Palmira, Uruguay, transformándola así en una lancha Internacional. En febrero de este año 2015 su motor dijo basta y se plantó…. hubo que sacarlo para rectificarlo y dejarlo como nuevo. En las épocas de ablande del mismo se utiliza para hacer excursiones guiadas de una hs partiendo del puerto de Tigre haciendo un circuito cerrado.
En Octubre del 2015 , amarrada en descanso en la estación fluvial, en el bajo del río Tigre, fue embestida por la Interisleña XIII, que al cortársele el cable del morse, fuera de control la embiste por la proa , la arrastra y la aprieta contra un catamarán que estaba amarrado atrás, provocándole daños en el casco, ambas lanchas estaban sin pasaje y solo sufrieron daños materiales. Se reparó en el astillero Ghelfi, volviendo al agua en Febrero del 2016.