Construída en el astillero Claude, de Tigre (calle Albarellos), en 1948, encargada por la firma Fernández & Cía; fue bautizada como Expreso Carmelo I. El casco, construído totalmente en madera, con una eslora de 16,95 mts, manga de 3,57mts y puntal de 1,69mts; lucía sus maderas barnizadas, un interior «de Lujo» para la época ya que como haría viajes Internacionales, tenía butacas individuales, mas cómodas que las clásicas bancadas de madera, baño y bar. Inicialmente y por algunos años, tuvo timonera elevada, es decir, la timonera estaba sobre la toldilla , en el medio del casco.
Equipada posiblemente con un motor Mercedes Benz o algún naftero de la época y caja marina mecánica. Puesta en servicio para la empresa Fernández & Cía, en la ruta entre Tigre (AR) y Carmelo, (R.O.U.). Así navegó unos años, hasta que las relaciones comerciales con el vecino país, se cortaron ; quedó abandonada en 1951, amarrada en el río Tigre, entre el puente Sacriste y el puente Rocha, varios años, junto a sus compañeras de ruta, las lanchas Azalea y Orquídea. Poco antes de 1955, un empresario Uruguayo, dueño del casino de Carmelo, se enteró que iban a destituír al gobierno de Perón y se interesó en la compra de las tres lanchas. Como estaban bastante deterioradas y sin trabajo las pagó a un muy bajo precio.
Luego de alistar la Orquídea y la Azalea, llevó a esta lancha, la Expreso Carmelo I, a un astillero de la calle Sgto Díaz, donde la reparó a 0km. La lancha estuvo varios años allí; en esta restauración, le reformaron la carroza y le sacaron la timonera elevada. Le colocaron un motor GM Gray de 6 cilindros, Gasolero, con caja mecánica del mismo equipo. Fue rebautizada como Expreso Cacciola I. Luego de la reparación, salieron a probarla y llegó a una velocidad máxima de 28 km/hs, buen promedio para la época. El empresario era el Sr Cacciola que fundó la empresa » Cacciola S.A» con las tres lanchas mencionadas; navegó la ruta entre Tigre y Carmelo, desde 1955, hasta los años 90. En tantos años de vida, la empresa, fue adquiriendo varias lanchas más. Navegó varios años en Cacciola, siempre luciendo el casco barnizado.
En 1966, fue vendida a los Sres Cortéz, Melián y López, de Concordia, Entre Ríos. La llevaron a navegar allá, para hacer la carrera entre Concordia (E.R) y Salto, en Uruguay. La empresa para la cual navegó fue «Expreso Concordia S.A». La rebautizaron «Expreso Concordia V»; la pintaron con el siguiente esquema de colores: toldilla celeste, candeleros, castilletes, borda y casco barnizados, línea de flotación blanca y fondo cobre.
En 1982 la empresa tuvo que cambiar de socios y pasó a llamarse «Riolago S.A». «Riolago», estaba formada por los Sres: Razzetto, Dumont, Goberto, Cortéz y Melián. Con esta nueva razón social navegaron hasta 1997. La lancha estuvo algunos períodos sin navegar, debido a la baja de pasaje; como era la de mayor porte quedaba amarrada, sin navegar. De toda la flota fue la que menos navegó. Finalmente, ya deteriorada, quedó en seco en un galpón de la empresa, allá en Concordia. En 1997, nuevamente la empresa se disolvió y dejó de navegar; quedaron en ese momento, esta lancha, en el galpón y las Expreso Concordia II y Las Palmas III a flote. Al poco tiempo, Razzetto, el hijo de uno de los ex socios, compró las lanchas y se hizo cargo del servicio. Cuando fue en busca de la Expreso Concordia V, la encontró caída de sus «tacos» de apoyo y enterrada, casi medio metro bajo la tierra. Decidió repararla, buscó gente para realizar los trabajos que por una causa u otra, demoraron varios años. Tuvieron que calzarla perfectamente, hacerle varias varetas, curvas y refuerzos al casco, algunas reformas en la proa y finalmente, entablarlo y calafatearlo. Terminaron el casco, sin pintura, sin interior, ni mecánica. La lancha, pasó casi 20 años en seco, guardada en ese galpón de Concordia. Razzetto, puso en venta la lancha, sin que tocara el agua.
En el año 2012, la familia Gribaudo, se interesó en la lancha. Luego de arreglar la compra, la trajeron en carretón hasta Tigre. La llevaron a un galpón, dónde le terminaron los detalles del casco, la pintaron, le hicieron a nuevo el interior, le colocaron butacas individuales, rediseñaron la timonera, le hicieron la instalación eléctrica nueva y le colocaron las luces interiores y exteriores. En la popa le hicieron el baño, del lado de babor y una amplia cocina y bar, del lado de estribor. Le colocaron un motor Mercedes Benz Turbo Diésel de 380 hp, cambio hidráulico, hélice acorde a éstos, que la hicieron muy veloz y timón hidráulico, que le dió mayor agilidad, a la hora de las maniobras. Le colocaron modernos sistemas de seguridad, bombas de achique automáticas y manuales, salvavidas con luz y todos los elementos que PNA exige para navegar. La rebautizaron Eduardo G, en honor al dueño y creador de la empresa dónde navega, Navetur S.A Regresó al agua en enero del 2014, con el siguiente esquema de colores: Toldilla Verde, candeleros, castilletes, bordas y casco barnizados, fondo rojo y línea de flotación blanca. Antes de ponerla en servicio, le hicieron varias pruebas de rigor, con Eduardo Gribaudo al timón, muy exigente con todo detalle de mecánica, amante de motores y lanchas veloces.
La amarra inicial, donde terminaron varios detalles, fue el Boat Park, a orillas del Río Luján. Fue apodada por sus dueños y fans » La niña mimada». Navegó inicialmente los fines de semana alquilada para hacer paseos guiados, alguna excursión o viaje particular. Eventualmente, hizo algún reemplazo de recorrido escolar. Al poco tiempo, su amarra pasó al puerto de frutos de Tigre. En el año 2017, Navetur logró, después de varios años de lucha, un muelle propio en «el bajo» del Río Tigre. En la inauguración, no pudo faltar la Eduardo G, que entre mate y mate, saludos y amigos, realizó el primer viaje. Desde entonces, cada finde, desde allí, realiza paseos guiados; durante la semana, recorrido escolar, si es que hay, sinó, queda a la espera, en su amarra del puerto de frutos. ~•Fernando Gabriel Vigna 2015 -( Remasterizada 05/2021)•~ Agradecimientos a la Sra Analía Gribaudo (fotos y ficha técnica) y a los Sres José Pepe Carrara, Eduardo Marino y Eduardo Gribaudo, por sus memorias y recuerdos… ~•Dedicada especialmente a Delfina Micheli•~